
Hablemos de competencia laboral y de cómo debemos capacitarnos para ser la persona que valore el Dpto. de Recursos Humano cuando solicitemos el empleo.
La calificación adecuada para un empleo es aquella en la que el candidato reune las competencias que el desarrollo óptimo de la actividad exige. Una persona calificada para un puesto X debe poseer el conocimiento teórico y práctico para desempeñar el trabajo de forma eficiente y eficaz.
Calidad vs. cantidad
La calificación para el puesto de trabajo no está dada por la cantidad de conocimiento que una persona posea, sino por su calidad.
¿Cómo mediremos la calidad del conocimiento?
- Primero, acordemos que la calidad es un concepto que implica la satisfacción de las expectativas.
- En segundo lugar, puntualicemos que las expectativas en este caso son aquellas esperadas del trabajo a realizar.
En este punto, está suficientemente claro que la calidad del conocimiento que tenemos para desempeñar una posición de trabajo es dada por el cont¡junto de destrezas relacionadas al ejercicio del mismo.
Para conseguir un empleo, lo importante no es cuánto sabemos de todo, sino qué de todo lo que sabemos nos hará más productivos(as) en esa posición. Es decir, no se va a considerar nuestro conocimiento global, sino qué puede servirnos para desempeñarnos en la posición específica.
Podemos pasarnos la vida haciendo cursos de todo: una licenciatura en administración de empresas, locución, periodismo, entrenamiento para ser agente de bienes raíces, pedagogía, cursos técnicos en informática, idiomas, etc. Seríamos más calificados que otros con menos conocimientos sólo si somos considerados para posiciones complejas que requieran esas habilidades.
Siguiendo con el ejemplo presentado, esta persona puede aplicar a una posición de servicio al cliente en una empresa y el Dpto. de Recursos Humanos evaluará sus habilidades de comunicación directa y de manejo de procesos, quizás también los idiomas y la agilidad con las computadoras y sistemas informáticos, dependiendo de la vía en la que la organización ofrezca la atención a sus clientes. Si el trabajo exige que el candidato hable inglés pero no que domine el francés, que quien aplique para esta posición sea francófono importa poco o nada para conseguir el empleo.
Si el trabajo no exige que sepa redactar comunicaciones, que este aplicante sea periodista no le da ventajas frente a uno que no lo sea para obtener el empleo.
¿Invertir en educación no me asegura conseguir un empleo?
A ver, no me malinterpretes: que inviertas en prepararte y te capacites no te asegura obtener empleos sencillos, de nivel inferior, pero te da ventajas para aplicar en posiciones más complejas, con mejor salario, por supuesto.
La persona de nuestro ejemplo, quizás no haya conseguido la posición en servicio al cliente, pero trabaje de manera exquisita en relaciones públicas como líder de equipo o gerente. De hecho, puede ser un gran editor o editora en la prensa si aplica y consigue la posición.
Y sé que muchos se sentirán identificados con el siguiente cuadro: “Bueno, sé que me he preparado para gerente, pero la crisis me obliga a solicitar de recepcionista porque casi no hay vacantes y yo necesito el dinero”.
Si aplicas en una empresa co políticas de administración de personal responsables, posiblemente veas a un estudiante de los primeros periodos de su carrera en la universidad llevarse el puesto al que has aplicado y para el que tienes habilidades de más.
Ese es el asunto: tus habilidades de más le pueden salir más costosas a la empresa que capacitar a ese aplicante joven.
Entonces, ¿lo rechazan por saber demasiado? No, para nada. La empresa quisiera que formases parte de ella y si tiene una posición para ti en la que aproveches el conocimiento que tienes, te la ofrecerán.
La rotación de personal es costosa. El proceso de reclutar, seleccionar, contratar y entrenar a una persona para un puesto de trabajo cuesta. Las empresas no pueden darse el lujo de contratar personal y reemplazarlo muy rápidamente. Mientras más se le pague a esa posición de salario y beneficios, resulta más costo reemplazarla.
Tú puedes tener la capacidad para ser gerente, pero si no tengo una posición de gerente vacante, aunque estés en dispoción de trabajar como recepcionista, como empresa, no puedo darte el empleo. ¿Por qué? Pues en la primera oportunidad que tengas, te vas a ir. Si te ofrecen más de lo que puedo pagarte, como lo vales, lo aceptarás y tendré que gastar más en cubrir la posición que nueva vez me dejas vacante.
De hecho, un principio de administración de empresas, específicamente de recursos humanos, nos dice que es mejor para organización reclutar personas que necesiten un poco de entrenamiento para la posición, que aquellas que están sobrecualificadas, que ya se han capacitado para trabajos más complejos.
Cuando te dicen que estás sobrecualificado, no es para perder las esperanzas, es para seguir buscando una posición mejor. 🙂