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Viviendo la película


​Ese momento de éxito en el que te das cuenta de que ya no ves a los Obama o a Ryan Reynolds y Blake Lively como cánones de la inalcanzable relación perfecta. 

Veo a mi alrededor muchas parejas que son también inspiradoras, que te hacen ver estrellitas en el aire cuando los ves juntos en un momento tan íntimo como compartir papas fritas en un restaurante en el que no creyeron echarían al olvido sus modales.

Pero el instante más fenomenal es cuando, de repente, un rayo de luz te muestra que estás viviendo la película todos los días: que te abren la puerta y suspiras, que amas y te aman con locura, que te nace del fondo del corazón ofrecerle la primera y la última de las papitas fritas a alguien que te busca un vaso cuando te compra una botellita de agua.

¿Y a ti? ¿Te ha pasado como a mí, que por poco mi bendición más grande me pasaba inadvertida por estar priorizando lo secundario de esta vida? Cuéntame tu historia.

Autor:

Comunicadora, facilitadora/instructora (virtual y presencialmente), licenciada en Administración de Empresas con una maestría en Diseño, Gestión y Dirección de Proyectos y otra en Administración Pública.

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